En la era digital, eliminar un archivo no es sinónimo de desaparecerlo. Cada documento que contiene información sensible —ya sea un contrato, una base de datos o una imagen médica— deja rastros, y si no se borra adecuadamente, puede ser recuperado con herramientas forenses.
Para evitar este riesgo, muchas organizaciones han adoptado el estándar NIST SP 800-88, una de las guías más confiables a nivel internacional para la destrucción segura de datos digitales.
Pero ¿en qué consiste realmente este estándar? ¿Qué métodos de eliminación reconoce y cómo se aplican en la práctica? ¿Qué sectores están obligados a seguirlo? Este artículo lo explica paso a paso.
El NIST SP 800-88 Rev. 1 es una guía publicada por el Instituto Nacional de Estándares y Tecnología de Estados Unidos, que ofrece lineamientos para borrar datos de medios de almacenamiento de forma que no puedan ser recuperados. Es ampliamente adoptado por gobiernos, empresas de ciberseguridad, bancos y entidades que manejan datos sensibles, incluso fuera de EE.UU.
Este estándar se ha vuelto la base para desarrollar soluciones como el borrado seguro y certificado, así como para definir políticas internas de eliminación de datos en empresas mexicanas, europeas y latinoamericanas.
La guía del NIST clasifica los métodos de eliminación en tres grandes grupos, dependiendo del nivel de seguridad requerido y del tipo de dispositivo:
Este método consiste en sobrescribir la información almacenada con patrones de datos, eliminando referencias accesibles para el sistema operativo. Es útil para dispositivos reutilizables dentro de una misma organización.
Aplica técnicas avanzadas como la desmagnetización (en el caso de discos magnéticos) o comandos de purgado seguro en SSDs. Impide la recuperación incluso mediante técnicas forenses. Es el mínimo recomendado para datos personales o empresariales confidenciales.
Implica destruir el medio de almacenamiento (triturado, incineración, disolución). Es ideal para medios que ya no se reutilizarán, y especialmente en sectores como defensa, salud o finanzas. Este proceso debe seguir lineamientos como los establecidos en la norma ISO/IEC 27040 para la destrucción segura del almacenamiento.
Eliminar o “formatear” un archivo desde un sistema operativo común no borra la información, solo marca el espacio como disponible. En la práctica, los datos siguen allí y pueden ser recuperados con software especializado.
Por eso, el NIST enfatiza el uso de herramientas con funciones de borrado criptográfico, que garantizan la imposibilidad de recuperación. También recomienda conservar una evidencia del proceso de borrado, algo que soluciones como Blancco permiten documentar con certificados digitales.
Aunque no es obligatorio en todos los países, el NIST SP 800-88 es considerado un estándar de referencia en múltiples industrias:
En estos sectores, la implementación de un SGSI resulta esencial para gestionar de manera integrada el ciclo de vida de la información.
No basta con aplicar el método adecuado: es necesario demostrar que se hizo. El NIST recomienda documentar cada proceso de destrucción con evidencia rastreable, incluyendo:
Puedes consultar más sobre esto en la guía sobre la importancia de la evidencia del borrado, donde se explica cómo obtener trazabilidad en cada eliminación.
Para garantizar una destrucción segura y conforme a la norma, Delete Technology recomienda:
La destrucción segura de documentos no debe ser un proceso aislado, sino parte del plan global de ciberseguridad y cumplimiento normativo. Algunas recomendaciones clave son:
No es obligatorio, pero es uno de los estándares más aceptados internacionalmente y puede exigirse en auditorías de cumplimiento, licitaciones o políticas internas de seguridad.
No todos los programas gratuitos cumplen con los métodos de purgado o generan evidencia. Se recomienda usar herramientas especializadas como Blancco u otras certificadas.
Depende del tipo de información. Para datos muy sensibles, el NIST sugiere aplicar destrucción física como medida complementaria.
Podrías incurrir en incumplimientos normativos (como GDPR, LOPDGDD o LFPDPPP), sanciones económicas y pérdida de confianza por parte de clientes y usuarios.
La adopción del NIST SP 800-88 como política de destrucción de documentos no es solo una buena práctica: es una defensa real frente a filtraciones, ciberataques y sanciones legales. Ya no se trata solo de "formatear", sino de implementar un sistema con evidencia, trazabilidad y respaldo normativo.
En un entorno donde los datos son el activo más valioso, destruir de forma segura es proteger la reputación, la confianza y la viabilidad futura de tu organización.
Delete Technology se especializa en la destrucción segura y certificada de activos digitales, ofreciendo soluciones validadas bajo estándares internacionales como ADISA, NIST y PCI DSS. Esto permite a las organizaciones blindar su información, evitar riesgos y cumplir con la legislación vigente en materia de protección de datos.