Vivimos en la era de la información. Cada correo electrónico, base de datos, documento digital o mensaje almacenado representa un activo tan valioso como frágil. En este contexto, la ISO 27001 se ha convertido en un pilar esencial para empresas que entienden que proteger sus datos ya no es una opción, sino una necesidad crítica para su sostenibilidad y reputación.
La ISO 27001 no sólo establece un marco estructurado para proteger la información, sino que abre la puerta a integrar medidas clave como el borrado seguro y certificado, permitiendo gestionar el ciclo completo de vida de los datos: desde su creación hasta su eliminación sin posibilidad de recuperación.
La ISO/IEC 27001 es una norma internacional que especifica los requisitos para establecer, implementar, mantener y mejorar de forma continua un Sistema de Gestión de Seguridad de la Información (SGSI). Esta norma ayuda a las organizaciones a proteger su información crítica frente a amenazas, ya sean internas o externas, accidentales o deliberadas.
¿Su objetivo principal? Proteger la confidencialidad, integridad y disponibilidad de los datos mediante la gestión efectiva de riesgos.
Esto la convierte en un estándar esencial para sectores que manejan información sensible, como banca, salud, telecomunicaciones, retail o educación. También se alinea perfectamente con regulaciones como el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR), la Ley de Protección de Datos en México, o el Esquema Nacional de Seguridad (ENS).
El SGSI (Sistema de Gestión de Seguridad de la Información) funciona como un marco estratégico que ayuda a identificar riesgos sobre la información, implementar controles preventivos y correctivos, y garantizar su cumplimiento a través de auditorías y mejora continua.
Incluye elementos como:
Es importante destacar que el SGSI no se limita al entorno digital: también cubre aspectos físicos, humanos y organizacionales. Por ejemplo, una oficina que no destruye adecuadamente documentos físicos o discos duros obsoletos compromete seriamente su seguridad.
Los 114 controles agrupados en 14 dominios del Anexo A de la ISO 27001 cubren áreas fundamentales como:
Uno de los dominios clave es la gestión del ciclo de vida de la información. En este punto, destaca la necesidad de implementar prácticas como el borrado criptográfico, especialmente cuando los datos deben eliminarse de manera irrecuperable.
Este enfoque es vital para empresas que almacenan datos en la nube, utilizan discos SSD, o manejan volúmenes masivos de información que deben sanitizarse periódicamente.
Adoptar esta norma no solo mejora la ciberseguridad de una organización; también genera impactos positivos en múltiples áreas:
El ciclo de vida de la información incluye una fase crítica: su destrucción. En este punto, la ISO 27001 es muy clara al exigir controles que impidan la recuperación no autorizada de información.
Por ello, el borrado seguro se convierte en una pieza esencial del SGSI:
La ISO 27001 puede integrarse con metodologías como el Estándar IEEE P2883, que también promueve la economía circular a través de la eliminación responsable de la información digital.
Entre 4 a 12 meses, dependiendo del tamaño de la empresa y su nivel de madurez.
No lo exige literalmente, pero sí exige asegurar que la información eliminada no pueda recuperarse. Métodos como el borrado conforme al NIST son recomendables.
El costo varía según el alcance del SGSI, pero los beneficios en cumplimiento y reducción de riesgos suelen superar la inversión.
Sí. Puede complementarse con la ISO 9001, ISO 27040, o incluso con esquemas de interoperabilidad.
Se incrementa el riesgo de ataques por dumpster diving, multas regulatorias, pérdida de reputación y demandas por violaciones de privacidad.
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